
Un compromiso mundial para eliminar los plásticos
La resolución histórica busca negociar un primer tratado global contra la contaminación que perpetúa este material. Recién en dos años se dispondrá de un texto a partir del cual se deberán desarrollar políticas concretas.
Por Luis Castelli.
El pasado 2 de marzo, en Nairobi, los representantes de los 175 países que han participado en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, sus siglas en inglés ) firmaron una resolución histórica, quizás el acuerdo multilateral más importante en términos ambientales desde el Acuerdo de París. El objetivo: poner fin a la contaminación por plásticos y forjar un acuerdo internacional para que en 2024 comience su proceso de ratificación.
Ocurre que la producción mundial de plástico se ha multiplicado por dos en solo dos décadas, hasta alcanzar los 461,1 millones de toneladas en 2021, y la previsión es que vuelva a duplicarse para 2040 si no se pone un límite a la producción de un material que es muy barato, tiene una bajísima tasa de reciclaje —apenas el 9% de los residuos de este tipo que se recogen en el mundo— y genera un alto impacto en la naturaleza: más de 140 millones de toneladas de residuos plásticos están ya contaminando los ríos, lagos y mares del planeta. Solo en 2019, alrededor de 22 millones de toneladas de basuras plásticas terminaron en el medio ambiente, según un reciente estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
El texto busca “desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante”, con medidas “vinculantes y voluntarias”, que aborde el “ciclo de vida completo del plástico”, una referencia que abre la puerta a que no solo se aborden medidas contra la contaminación ya generada, sino también a que se limite la producción de plástico virgen, que muchos analistas consideran clave.
Si bien el texto aprobado no es aún muy concreto, la estructura del tratado que se esboza recuerda mucho al Acuerdo de París, donde los países firmantes del pacto deben presentar planes nacionales de recorte de emisiones de efecto invernadero. En este caso se espera que los países presenten planes y programas de acción de lucha contra la contaminación plástica que se pongan en marcha con el futuro tratado.
Lo importante es que se ha logrado un primer acuerdo que apunta hacia una economía circular para el plástico. Este nuevo acuerdo debe ofrecer una visión global con definiciones comunes y normas armonizadas para reforzar la coordinación global y regional. También es importante, especialmente para América Latina, que los recicladores informales y sus cooperativas sean integrados en las negociaciones, con el fin de garantizar un realista y poder avanzar con el fin de la contaminación por plástico
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