
Un bosque nativo que alberga cultura
El Área Protegida con recursos manejados Montes del Queguay, en Paysandú, es una de las mayores masas boscosas naturales de la tierra uruguaya. Su valor no solo es ecosistémico, sino también arqueológico e histórico.
Por Juan Carlos Gambarotta.
El resplandor del fogón amenazaba interferir en mi propósito inmediato, así que me dirigí hacia el río cuando los naranjas del cielo dejaron de resaltar contra el follaje oscuro de los árboles.
Al llegar, las primeras estrellas ya se reflejaban en el Queguay, y una hora después, la vía láctea parecía una inconmensurable obra de arte moderno.
Durante la noche, varias veces el canto del tamborcito fue acompañado por un sonido nuevo en nuestro medio silvestre: la voz aguda de ciervos axis. Con la excitación que generan los lugares prístinos en quienes los valoramos, al alba ya remaba envuelto en una bruma baja que se elevaba desde la superficie del agua. Daba comienzo a otro día de recorridas que, yendo aguas abajo, me permitiría ver los cambios de la costa del río y de la vegetación.
La confluencia de los ríos Queguay Grande y Queguay Chico, corazón de Montes del Queguay, constituye el monte marginal más ancho del país. Gran parte del área es un valle que se abre en el paisaje basáltico, que se inunda con rapidez, pero que pierde el agua con lentitud, lo que favorece la existencia del extenso monte. Aparte de los dos ríos y varios arroyos que desembocan en ellos, hay varias lagunas vestigiales de los cambios naturales del curso de los ríos, una de ellas preferida por los yacarés. El río tiene importantes poblaciones de dorados y de tarariras tornasol.
El área protegida tiene una extensión de unas 20.000 hectáreas que aparte de monte marginal, y los cuerpos de agua mencionados, incluye pajonales, arbustales, monte, parque y pastizales. Posee además altos valores culturales, históricos y arqueológicos.
Si aún existe Montes del Queguay es debido a su gran tamaño, porque entre 1942 y 1945, debido a la falta de petróleo, allí operaban varios obrajes de producción de carbón vegetal. Para tener una idea de la destrucción que eso produjo, basta decir que en el mayor de los obrajes trabajaban 400 hacheros y que había un ferrocarril de trocha angosta que funcionaba a leña, lo mismo que dos camiones que funcionaban a gasógeno, producido también por leña.
Dicho esto, sorprende que en los sitios no alcanzados por las crecientes, aún se encuentren gigantescos árboles, de un porte que en nuestro país es más propio de las quebradas.
Desde 1949 vecinos de Guichón y representantes de la comunidad local, han estado promoviendo la creación de un área protegida en Rincón de Pérez y su debida protección de lo que hoy constituye Montes del Queguay.
Durante el exterminio planificado de los Charrúas, los últimos grupos resistieron en los montes de Paysandú, por lo que en toda la zona continúan siendo frecuentes los hallazgos de esa y de otras culturas aborígenes, así como también de artefactos históricos.
Buena parte del perímetro de Montes del Queguay está rodeado por varios miles de hectáreas de forestación, lo que sin lugar a dudas constituye una presión sobre el área protegida. Además, el Río Queguay es uno de nuestros ríos que se mantiene en mejor estado, ameritando sin dudas su protección integral como ¨Río Salvaje¨.
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