¿Mi ropa contamina el océano?

Lo que usamos para vestir también incide en nuestro entorno. Entonces, preguntarnos qué sustancias o elementos dañinos tienen nuestras prendas es elemental si queremos frenar su impacto negativo en el ambiente. Es hora de que la industria de la moda repiense sus acciones y genere un nuevo modelo.

Por Eloisa Ponce de León.

 

Seguramente muchas veces lees las etiquetas de tu ropa para ver su composición a efectos de, por ejemplo, lavarla. Pero ¿qué significa que tus prendas tengan determinada composición y qué consecuencias tiene eso en el planeta?

 

El pasado 8 de Junio se conmemoró un nuevo “Día Mundial de los Océanos”. La crisis de contaminación de esa masa de agua es preocupante y los microplásticos son grandes culpables de la misma, muchos de ellos provenientes de fibras sintéticas y productos de lavado para la ropa.

 

En julio de 2020, The Pew Charitable Trusts y SYSTEMIQ lanzaron “Breaking the Plastic Wave” (BPW), uno de los estudios analíticos más completos jamás producidos sobre plásticos oceánicos (según la Ellen MacArthur Foundation, colaboradora del mismo).

 

El estudio realiza una afirmación contundente: “Hasta la fecha, muchos esfuerzos para combatir la contaminación por plástico se han centrado estrechamente en mejorar la gestión de residuos o en la limpieza. Otros se han centrado solo en prohibiciones y en reducción de plásticos. (…) nada de lo anterior funcionará de manera aislada: no podemos vencer la contaminación por plástico mediante reciclaje y tampoco mediante la simple reducción del uso de los plásticos”.

 

BPW confirma que la visión de una Economía Circular, es la única manera de solucionar el desperdicio y la contaminación por plástico. Debemos adelantarnos a la llegada de los plásticos a nuestros Océanos; las soluciones deben pensarse para etapas previas.

 

El documento “Perspectiva sobre el estudio BPW”, de la Fundación Ellen MacArthur, pone de manifiesto que “(…) debemos innovar a una velocidad y escala sin precedentes hacia nuevos modelos de negocios, diseño de productos, materiales, tecnologías y sistemas de recolección para acelerar la transición a una Economía Circular”.

 

Además, debemos entender que tenemos que unirnos para generar soluciones. “El informe BPW muestra que debemos adoptar un enfoque integral de Economía Circular, donde debemos priorizar el repensar lo que se pone en el mercado y, al mismo tiempo, aumentar rápidamente nuestra capacidad de mantenerlo en circulación después que se haya utilizado”, según explica el documento.

 

La industria de la moda debe asumir su responsabilidad en este tema y tomar acción en forma urgente para revertir su impacto. En palabras de Ellen MacArthur: “Necesitamos elevar nuestro nivel de ambición y combinarlo con una acción audaz y urgente”. ¿Estará la industria de la moda local a la altura para asumir ese compromiso? No queda otra opción más que estarlo.

 



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