
Escuchar es educar
La educación es, como dijo el experto británico Sir Ken Robinson, “el resultado de la creatividad, y nos ha brindado los resultados más extraordinarios en la cultura humana”. Es un proceso de aprendizaje para todos, tanto para los alumnos como para los profesores, donde hay un espacio fértil de oportunidades para los que se arriesgan a romper el molde.
Por Adam Fry
Fotos: Gentileza Busy Hands Preschool
Patricia Johnson es directora de un centro educativo distinto, el Busy Hands Preschool, que se encuentra en las afueras de Montevideo, Uruguay. Su historia personal la llevó a buscar siempre lo innovador, los espacios fértiles sobre los cuales nos referimos, como punto de inicio para su propio proyecto. El centro alberga un mundo de creatividad para los jóvenes, ofreciendo una amplia gama de actividades que proponen estimular cada faceta del cerebro joven.
Lo que propone es algo sencillo: escuchar al niño y buscar formas creativas de enseñar a través de una metodología que siempre propone ser no solo sustentable desde su inicio, sino también fomentar una fuente inagotable de un recurso precioso como lo es la curiosidad. Johnson decidió comenzar a trabajar después de una larga trayectoria de vida que la llevó de regreso a Uruguay. Viendo que “había cambiado muy poco en el ámbito educativo en el país”, decidió apostar a un sueño. Un lugar que cambiaría y aportaría algo en un mundo donde “los niños han cambiado y el sistema de educarlos no”. Johnson expresa que su deseo de emprender siempre era una combinación profesional-personal, una doble necesidad que sale de su “búsqueda personal por brindar opciones para su hijo y una mirada profesional que la dejó ver que había espacio para una opción alternativa”.
¿Y en cuanto a retos? Como cualquier emprendedor, su gran reto ha sido transmitir a otros que el trabajo vale la pena y que los niños necesitan un lugar donde sus opiniones sean escuchadas. Pero su inquietud para el cambio y un fuerte deseo por modificar un paradigma que veía, la llevó a su éxito más profundo: la apertura del centro con 23 familias apostando a su sueño con un compromiso en 2011.
Como suele pasar en la vida, los premios más grandes vienen de nuestros retos más difíciles. Hoy el centro sigue trabajando con miembros de la comunidad, siempre con las puertas abiertas a cualquier sugerencia. “Somos un lugar abierto, y siempre nos encanta participar en una movida más grande”, cuenta Johnson.
Lo que nunca falta es la motivación. Johnson habla de la curiosidad de los chicos, de su necesidad de aprender haciendo cosas, una persona rica en potencialidades que es el centro de la filosofía. “Los niños están muy motivados. Ayudan a ver las cosas de distintas maneras, y eso te motiva a ti”, asegura la directora. El proceso, que parece ser algo bastante fluido y natural, se plantea como alternativa al plan prehecho del día que tienen muchos docentes, sin dejar que el ambiente del día influya en el proceso de aprendizaje.
Cuando uno habla de un espacio innovador, casi se da por hecho que la educación ambiental sea parte del currículo. La necesidad, cada vez más obvia, de formar jóvenes preparados y conscientes en asuntos ecológicos es también una gran oportunidad para cualquier docente interesado en cómo se pueden integrar las posibilidades en su trabajo cotidiano. Busy Hands siempre ha tenido la mirada ambiental. “Nuestras raíces vienen de una filosofía, Reggio Emilia, que nace a través del reciclaje de material en la Italia de posguerra, de recursos que tuvieron una segunda vida ofreciendo posibilidades ricas en exploración para niños curiosos”, recuerda Johnson. Esa mirada, que se planteó en la formación de la filosofía, hoy se manifiesta a través de un programa completo de actividades ecológicas con los chicos donde se dan clases de cocina con comida producida de la huerta orgánica.
La huerta es una metáfora no solo para la educación ambiental sino también para el proceso didáctico en sí. Tal como expresa Johnson: “Los niños tienen un entusiasmo y forma de ver las cosas que es muy natural. Como adultos, hemos perdido la posibilidad de estar atentos a las interacciones sencillas, y los niños siempre nos muestran que no hay límites”.
Conocé más sobre esta propuesta educativa diferente en busyhands.edu.uy
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