Barreras, desafíos y actitud positiva en la Universidad

En la gran mayoría de los casos, el sistema no está preparado para abordar la gran diversidad de personas que componen el mundo. Todo suele estar diseñado para un individuo estándar, dejando de lado que hay personas con discapacidad que pueden requerir otro tipo de necesidades. Sin embargo, cuando dadas las oportunidades, las personas muestran empatía y gran posibilidad de adaptación.

Por Agustina Rocca y Andrés Cikato.

 

Agustina es una estudiante de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería y de Química en la Universidad de la República de Uruguay. Junto a docentes de la Facultad, han desarrollado varios dispositivos adaptados para estudiantes en situación de discapacidad. También es miembro de la Comisión Asesora en Discapacidad e Inclusión de la ONG El Palomar.

 

¿Cuáles fueron los principales desafíos que has tenido como estudiante?

 

Los principales desafíos que he tenido como estudiante han sido más bien a nivel físico, es decir barreras arquitectónicas, dificultades a nivel de transporte. A nivel infraestructura me he topado con salones a los cuáles se accede únicamente por escalera, pero he hablado con el profesor y sin ningún problema cambiaron. Y a nivel de transporte, hay dos tipos de accesibilidad en los ómnibus. De los que tienen accesibilidad, hay los que tienen ascensor y otros, piso bajo y rampa. A mí solo me sirven los de piso bajo y rampa, pero en los horarios no especifican el tipo de accesibilidad, tengo que ir a probar suerte. Además, las rampas no son eléctricas, alguien tiene que sacarla y entrarla de nuevo, y el chofer no está obligado a hacerlo, depende de su voluntad. Por si fuera poco, las empresas de transporte recomiendan que la persona con discapacidad viaje con un acompañante y le cobran el boleto.

 

¿Qué optaste por hacer?

 

Como mi mamá ya no me está pudiendo seguir tanto el ritmo, varias veces he optado por, los días que están lindos, irme andando en silla desde casa, Punta Gorda, a las distintas facultades. Pero, dado que eso me va a traer problemas con la batería de la silla y mucho uso, hace poco empecé a probar suerte con los ómnibus y los choferes siempre han demostrado muy buena disposición. He tenido que dejar pasar algunos ómnibus porque la accesibilidad no me servía y eso me ha hecho llegar tarde, pero a nivel humano súper bien.

¿Cómo cambió tu realidad en la Facultad cuando conociste a Gabriel González?

 

Junto a Gabriel González, docente del Taller de Instrumentos de la Facultad de Química, desarrollamos varios dispositivos que sustituyen el uso de las manos por palancas que puedo mover con el mentón para activar sistemas hidráulicos que a su vez generan movimientos mecánicos. Y ahora los estamos mejorando eliminando los sistemas hidráulicos, cambiándolos por circuitos eléctricos.

 

¿Cómo te gustaría que fuera la educación inclusiva en Uruguay?

 

Me gustaría que se pudiera incluir a todas las personas sin importar la discapacidad. Me gustaría que no hubiera “escuelas especiales”. Soy consciente que hay personas con discapacidad que requieren mucho apoyo o que no se les puede exigir lo mismo que a los demás, pero me gustaría que hubiera algunas “clases especiales” para dichos casos en las mismas escuelas y liceos regulares y que, en materias menos exigentes o en los recreos, compartan con sus compañeros.



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