
Anabela Aldaz: “La mujer es el nuevo motor de la economía”
Espíritu emprendedor, simpatía y humildad caracterizan a la presidenta de OMEU, Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay. Apasionada por su trabajo, ejerce el derecho ambiental y regulatorio. Para ella los límites son individuales. Romper “techos de cristal” es de sus pasatiempos preferidos.
En función de tu experiencia, ¿qué no puede faltarle a un negocio hoy?
Creo que ningún negocio, pero definitivamente ningún emprendimiento, puede estar ausente de incorporar la variable ambiental en su perspectiva de desarrollo y crecimiento.
¿Qué significa la palabra sustentable en tu vida?
El término sustentable es un imperativo que a veces me genera incomodidad. Debo admitir que me desmoraliza pensar que las acciones individuales no tienen impacto. Sin embargo, trato de reponerme a esa idea y volver a una actitud más positiva que en general me acompaña, para razonar que, aunque sea una gota en el océano, cada acción cuenta.
¿Qué es la revolución de la mujer hoy?
Desde un punto de vista económico, podemos decir que es el nuevo motor de la economía. Los modelos tradicionales de empresa han cambiado. Cada vez más hablamos de economía circular, de emprendimientos colaborativos, de empresas sustentables. La mujer está especialmente preparada, incluso por algunas capacidades propias del género para desarrollar habilidades en este nuevo escenario. Hoy las habilidades blandas o soft son las más valoradas y la forma de pensamiento en red que tenemos las mujeres es un diferencial.
¿Te considerás una persona feminista?
Si, enfáticamente. Para mi feminismo es sinónimo de democracia, como la igualdad de derechos y oportunidades para todos los seres humanos y que las diferencias de talento y esfuerzo sean recompensados de manera igualitaria.
¿Creés que una mujer puede ejercer grandes cargos siendo madre?
Cada vez más. Sobre todo en la medida que su entorno, sus colaboradores entiendan que la mujer continuamente está redoblando esfuerzos. La maternidad no es una discapacidad, al contrario. Para aquellas mujeres que la eligen es una gran felicidad y nuevas responsabilidades. Manejar la famosa culpa es un dilema con el que tenemos que convivir.
¿Alguna vez la maternidad fue un impedimento para realizar algún trabajo?
Soy mamá de dos varones de 19 y 6 años respectivamente. Con mi primer hijo, me encontraba en los primeros años de carrera profesional, sentía una gran culpa, como nos sucede a la mayoría de las mujeres, al tener que dejar a mi hijo pequeño a cargo de otras personas para poder cumplir con mi trabajo. Para ser sincera, no me sentía en equilibrio. Años después la vida me bendijo con mi segundo hijo.
¿Qué valores destacás en la crianza de un hijo? ¿Por qué?
Hoy los padres en general priorizamos la felicidad de nuestros niños, muchas veces tratando de que no repitan nuestras historias, o también como una forma “inconsciente” de compensar el ritmo de vida que llevamos hoy los adultos. Sin embargo, para mí es fundamental, además de la educación en valores, fomentar la capacidad de soñar de mis hijos.
¿Qué implica emprender siendo mujer?
Emprender siendo mujer es hoy una oportunidad. Las tasas de retorno femeninas a la hora de emprender tienen un 35% más de rendimiento que la de los hombres. La figura femenina en el ámbito de los negocios es igual de importante que la del hombre.
¿Considerás que aún existen desventajas entre el hombre y la mujer en el mundo laboral?
En sociedades como las nuestras, lograr el equilibrio entre la vida familiar, el rol materno y la educación es algo complejo.
¿Qué consejo le darías a una mujer que quiere emprender?
Mi consejo es que no emprenda desde la soledad, sino que esté conectada, que busque el complemento de su proyecto con otros, que se nutra de las experiencias positivas y negativas de quienes iniciaron el camino antes que ella.
“Los modelos tradicionales de empresa han cambiado. Cada vez más hablamos de economía circular, de emprendimientos colaborativos, de empresas sustentables. La mujer está especialmente preparada, incluso por algunas capacidades propias del género para desarrollar habilidades en este nuevo escenario”.
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